POR QUÉ LO HACEMOS

Además del nivel social de intercambio entre las personas, el lenguaje también tiene un nivel político. No sólo representa hechos o reproduce eventos, sino que crea y construye la realidad – la forma en la que hablamos influye lo que decimos y, sobre todo, cómo es entendida por l@s demás. La forma en que las cosas se comunican, se reproducen y, si es necesario, se fijan, es por lo tanto de importancia crucial tanto para nuestra propia conciencia como para la colectiva.

Como intérpretes, nos gustaría llamar la atención sobre esto y dejar clara la importancia a nuestro trabajo. El lenguaje es poder; sólo aquellos que son escuchados o pueden entender de qué se trata un intercambio pueden participar en una sociedad en igualdad de condiciones. A través de nuestro trabajo de interpretación queremos dar a la gente la oportunidad de expresarse y reaccionar donde de otra manera se ignorará su derecho a opinar.

Queremos señalar que no siempre es necesario asumir que el alemán es el idioma estándar en los eventos, podios, etc. Al tener orador@s no aleman@s que hablen y sean entendid@s en eventos y discusiones – las estructuras de poder se pueden romper. En muchos contextos el alemán y el inglés (a veces también el francés y el español) son los idiomas de trabajo dominantes. Este desequilibrio forma parte de las estructuras violentas (colonialismo, capitalismo, etc.). Como resultado, las personas que hablan idiomas menos dominantes o que pertenecen a una minoría en una sociedad tienen menos posibilidades de participar. Para ellos es mucho más difícil ser escuchad@s, porque a menudo se les niega la oportunidad de hablar. Una de las razones es que los idiomas marginales no se interpretan suficientemente, por ejemplo, mediante una interpretación inexacta y desenfocada, que simplifica el contenido, que falten declaraciones o que no haya ninguna interpretación de todos modos.

La mayoría de las lenguas que ofrecemos pertenecen al grupo de lenguas dominantes. Y también el hecho de que este texto sólo está disponible en alemán, inglés y español aquí hasta ahora deja claro que todavía tenemos un largo camino por recorrer para romper las hegemonías lingüísticas.

Como ya se ha mencionado, el lenguaje crea la realidad, refleja y reproduce las relaciones de poder, puede crear o superar barreras – dependiendo de cómo lo usemos. Por eso, en el colectivo de intérpretes nos esforzamos por garantizar que el lenguaje discriminatorio no se reproduzca simplemente – utilizando diferentes estrategias. La estrategia que elija cada intérprete depende de la situación y de la persona, pero siempre se trata de encontrar un equilibrio entre dos objetivos: 1) Tratar de sustituir o cambiar el lenguaje discriminatorio, hiriente e insensible al género y, al mismo tiempo, 2) comentar críticamente esos términos o declaraciones problemáticas y hacer visible nuestra intervención. Para dar un ejemplo: Si la persona habla de “inmigración ilegal” en su discurso, sustituiríamos este término por “inmigración ilegalizada” en la interpretación, pero con una breve observación de que acabamos de intervenir (si no fue simplemente un lapsus o un deslizamiento de la lengua).

Sin embargo, queremos señalar de antemano que nos esforzamos por utilizar un lenguaje poco discriminatorio cuando trabajemos y nos gustaría lo mismo de las personas a las que interpretamos. Antes del evento señalamos a l@s orador@s nuestras estrategias para tratar el lenguaje discriminatorio.